El Jewish Bussiness Club de Madrid celebró hace unos días un evento con motivo del cierrre del año y entrega del Premio al Emprendedor del Año 2011, cuyo galardonado ha sido Jack Eljarrat por los logros obtenidos en la creación y puesta en marcha de su proyecto profesional, la tienda Maguen 11:11.
En el evento, los principales dirigentes comunitarios de la FCJE, la CJM y el Keren Hayesod y la Cámara de Comercio Hispano-israelí, representados por Isaac Querub, Sam Bengio, David Hatchwell y Gil Gidrón respectivamente participaron en una mesa redonda que estuvo moderada por Rubén Lerner, también directivo de la CJM y Vicepresidente del JBC.
En ella los dirigentes pudieron compartir sus valores y motivaciones que los han llevado a compaginar su vida profesional con la comunitaria. Todos coincidieron en reconocer que es una motivación personal y que su misión como dirigentes comunitarios y personas es contribuir y aportar algo al colectivo judío.
Isaac Querub, Presidente de la FCJE comentó que para él el judaísmo es un código de vida de todos los días, no hace falta ser presidente para involucrarse activamente en la comunidad y responder a las inquietudes de la mejor manera posible, siendo íntegros. Es compatible la vida judía con la comunitaria, debe serlo, nos hace ser mejores personas, más disciplinados y con más fuerza interior. Es más fuerte y tiene más significado para uno mismo aquello que hace voluntariamente. El mensaje del judaísmo es un mensaje universal de colaboración y conciencia social.
Sam Bengio, Ex Presidente de la CJM, recalcó no solo lo que puede hacer la persona por la comunidad, sino cuanto puede realmente contribuir la vida comunitaria en la persona. El hecho de pertenecer a una comunidad, asistir a sus eventos y contribuir a ella, le proporciona fuerza interior y le da la capacidad de poder ver la realidad. La contribución real hacia el individuo y hacia la sociedad es incuestionable, crea una red de apoyo que en situaciones de crisis aumenta la capacidad de reacción del colectivo.
Para David Hatchwell, Presidente de la CJM, colaborar con la comunidad es completamente natural. La vida no es solamente casarse y tener vida profesional, hay que concienciarse y ver que como seres humanos y como judíos compartimos una serie de valores. Se mostró preocupado por la baja iniciativa de los jóvenes de la comunidad, enfatizando que deben reactivarse una serie de valores a través de la educación, como los de contribuir con la comunidad y vivir la experiencia de Israel. “Los judíos no somos conformistas, humanitariamente tampoco debemos serlo, la oportunidad está en ser diferentes”.
Para concluir, Gil Gidrón, Presidente del Keren Hayesod y de la Cámara de Comercio Hispano-israelí destacó que así como hay una moda por la responsabilidad social corporativa, debería haberlo por una responsabilidad social personal, es decir, involucrarse en la comunidad y ayudar a desarrollarla de la mejor manera, aportando conocimientos y apoyándose en las fortalezas individuales. Todo deriva en recompensa personal, ver como la comunidad avanza y mejora. Se puede empezar desde algo pequeño, siempre dependiendo en el momento de la vida donde se encuentre la persona.
Pintada antisemita en el barrio madrileño de San Blas
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