Acaban de llegar las tristes y dolorosas noticias del asesinato, por los
miembros de la organización terrorista Hamas, amparados por la Autoridad Nacional
Palestina, de los tres adolescentes estudiantes judíos secuestrados cuando salían de sus
colegios, hace 18 días.
Tres jóvenes adolescentes, completamente inocentes, que volvían a sus
casas, fueron secuestrados por los terroristas de Hamas y el mundo llamado “civilizado”,
prácticamente ha callado ante tal monstruoso acto, que han acabado consumando
los terroristas con el asesinato de los,
insisto, tres jóvenes inocentes.
El fanatismo, el odio, la violencia despiadada, hace de hoy un día triste y
oscuro, no sólo para sus familiares, sino para toda persona de bien y del que
se debe tomar buena nota.
Las palabras del Presidente de la
ANP sobre cómo lamentaba el secuestro, decía él “con
independencia de su nacionalidad, porque era contra vidas jóvenes”, destila una
cierta intención de lavado de imagen ante los EEUU, dado que uno de los jóvenes
estudiantes era de esa nacionalidad, pero también judío de religión.
El mundo occidental, sus dirigentes, sus medios de comunicación vienen, de
manera casi generalizada y reiteradamente, distorsionando y deformando la
realidad de lo que son estos asesinos, que gobiernan con el beneplácito toda la Franja de Gaza. Hemos leído
más de un titular que rezaba “los
jóvenes desaparecidos” cuando debía decirse “los jóvenes secuestrados” o “han
sido hallados muertos”, en vez de “han sido salvajemente asesinados”…
Pues bien, este mundo occidental emitirá notas de condolencias, pero de
forma que no “molesten” a los considerados por ellos países amigos, llamando, cómo
no, a la contención.
La repulsa y la condena por estos tristes y salvajes asesinatos, no debe
ser titular de un solo día pues el pueblo judío, sus familias y el estado de
Israel tendremos permanentemente en nuestra memoria a Eyal, Naftalí y Gilad y estarán
presentes en los acontecimientos que se desarrollen en la zona
Actos como el asesinato de inocentes jóvenes estudiantes judíos, la
intolerancia, la falta de respeto a la vida por estos desalmados terroristas de
Hamas, son los acontecimientos que realmente ponen “palos en las ruedas“ para
la consecución de la ansiada paz en la zona.
El Gobierno palestino, al que da su beneplácito, entre otros países,
España, está integrado, tras el pacto con el legítimo presidente, por el
movimiento terrorista Hamas, autor de los asesinatos, cuyo principal objetivo es la destrucción del
Estado de Israel. Hamas es el verdadero autor material y la ANP la culpable del asesinato de los tres jóvenes
judíos. Su reconocimiento y aceptación
en los organismos internacionales y el reconocimiento de sus llamadas
“embajadas”, ha de ser revisado si el mundo occidental no quiere verse envuelto
en nuevos sangrientos ataques, en base a que todos nosotros “los infieles“, no
merecemos la vida.
Veíamos días pasados cómo la madre de uno de estos jóvenes dirigía su
súplica en la ONU ,
para pedir la liberación de los jóvenes. Pues bien, no sólo no sirvió de nada
sino que una de las plazas de ese foro, al que contribuimos todos con nuestros
impuestos mediante las aportaciones de cada estado, estaba ocupado por uno de
los cómplices de los asesinatos: el representante de la ANP.
Y tomen nota, si bien los principales “infieles” antes estos terroristas
somos los judíos, también lo sois los que profesáis otras religiones diferentes
a la musulmana.
Las lágrimas llenan mis ojos, mi mente se turba, mis pensamientos se
entrecortan por los asesinatos de mis correligionarios. Ellos han perdido sus
inocentes vidas, pero su memoria nos hará, una vez más, saber resistir al
antijudaísmo, modernamente llamado “antiisraelismo.”
Abraham Barchilón es abogado.
Abraham Barchilón es abogado.