Días pasados, la sociedad española se vio sorprendida por un hecho acaecido en la Línea de la Concepción, y no llegábamos a acertar cómo, en la sociedad del siglo XXI, pudiera darse una interpretación tan sesgada, irracional e intolerante, que llevaba como consecuencia que un docente, un educador, eso sí de la sociedad española democrática y occidental, se viera sometido, tras una denuncia, a un procedimiento policial y judicial, por la pronunciación del vocablo “ jamón” durante un acto académico.
Pero más sorprendente aun fue saber que, poco tiempo antes, un ente autonómico, cuyo presupuesto se sufraga en parte por todos los residentes en esa Comunidad Autónoma: Andalucía, y el resto, con las aportaciones del conjunto de la nación española, destinaba una cantidad ingente de euros a potenciar la enseñanza del árabe bajo el pretexto de la integración de los emigrantes, cuando dicha integración debería darse enseñándoles a esos emigrantes, las lenguas y costumbres de la nación española, en la que, al parecer, pretenden integrarse.
Pero coincidente en las fechas, encontramos que casi un centenar de parlamentarios, entre ellos veinte de España, han tenido que suscribir una petición de socorro a favor de los que profesan la religión católica en Irak. Allí donde se producen atentados, desapariciones y el éxodo está casi obligado, por la simple razón de ejercer ese derecho inalienable que es la libertad de creencia.
No podemos llegar a comprender cómo, en la España actual, la pronunciación en una clase de la palabra “Jamón”, puede conducir a interponer una denuncia. Tampoco es posible entender que el simple ejercicio de los mínimos derechos sean negados a la comunidad católica en Irak, y sus creyentes masacrados. Hemos de ser capaces de hacer un análisis de la educación religiosa y de los principios cívicos y sociales que, con la aportación de dinero público se están prodigando en la sociedad occidental sin que los gobiernos, alianzas de civilizaciones o todos esos organismos de dudosa eficacia y grandes presupuestos, hagan algo que no sea callar bajo la amenaza del integrismo.
Sección semanal de Abraham Barchilon, miembro de la Comisión Permanente de la Federación de Comunidades Judías de España, en Radio Ona Mallorca