9 jun 2011

Racismo y Xenofobia: El Tribunal Supremo no está en Europa por Abraham Barchilon

Tristemente vuelvo a constatar como nuestro país – España– vive a dos ritmos diferentes. Proclamamos a los cuatro vientos nuestra pertenencia a la moderna sociedad europea, hablamos en el Parlamento Europeo, queremos que las instituciones europeas respalden a nuestros productores como parte de esa Europa, pero la ideología reinante en algunos órganos judiciales, nos hace rápidamente poner los pies en la tierra y comprender que los Pirineos nos siguen separando.

El Tribunal Supremo, que muy acertadamente no tiene el adjetivo “de Justicia”, como otros Tribunales (los de las Comunidades Autónomas, el de Estrasburgo, etc.) ha dictado sentencia por la que absuelve a los condenados: cuatro neonazis que difundían ideas a favor del Holocausto.

Pero, analizando el discurrir del procedimiento, comprobamos que fue la Fiscalia del Tribunal Supremo, dependiente jerárquicamente del Fiscal General de Estado y éste a su vez nombrado por el ejecutivo, quien solicitó a dicho Tribunal la absolución de los condenados por xenofobia.

Por otra parte, no era de extrañar la sentencia si se tiene conocimiento de quien es su ponente -el Magistrado Adolfo Prego de Oliver – quien, en los años 2005 y 2007 al menos, participó en actos públicos, que justificó el golpe militar del 1936 y que calificó el golpe de estado del general Franco, como “contrarrevolución”. Cuando aun era vocal del Consejo del Poder judicial, firmó un manifiesto contra la Memoria Histórica, insistiendo en la idea de exculpar a los golpistas del estadillo de la guerra. Con estos antecedentes, como digo, no nos debe extrañar la sentencia y lo que debemos hacer es revisar quien o quienes tenemos al frente de lo que llamamos justicia. Si nos referimos al magistrado Diego Ramos, nos encontramos con un voto particular suyo en el que se oponía a que el Tribunal Supremo confirmara la validez de las declaraciones policiales, siempre y cuando fueran introducidas como prueba en el juicio oral, para ratificar la condena a 26 años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional al miembro de ETA Orkatz Gallastegi Sodupe como autor del asesinato del magistrado José María Lidón.

Estos antecedentes y argumentaciones como “ No hay provocación directa a un acto concreto discriminatorio” o que “la difusión de este tipo de ideas justificatorias del genocidio nazi sólo es delictiva cuando suponga una incitación a ejecutarlas..”, nos hace llegar a la conclusión de lo lejos que está nuestra justicia del entorno en que queremos vivir- Europa- pues se apartan completamente de lo establecido en Tratados internacionales ratificados por España, de la doctrina europea del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, así como de los principios marcados por la Comisión Europea y de las recomendaciones de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, de la Comisión Europea contra el Racismo y la intolerancia, así como de la Organización para la seguridad y Cooperación en Europa.

Decisiones como las que comentamos, que apoyan la violencia racista demuestran, no sólo un menosprecio por la Historia, sino también a las víctimas y a la sociedad, pues la libertad de expresión no puede amparar acciones o ideologías que incitan a la violencia y al genocidio. Escribiendo estas letras, llega la muerte de Jorge Semprún, literato y político, víctima también del nazismo. Su desaparición nos priva de poder leer palabras más eruditas que las mías que, sin duda, serían la expresión de su triste vivencia.

Esperamos que el Gobierno, como firmante de Tratados Internaciones contrarios a los pronunciamientos de esta sentencia, ejerza las acciones oportunas en defensa de la dignidad y del prestigio de nuestro País.

Abraham Barchilon es abogado y colabora con la emisora ONA Mallorca Radio

 

TWITTER

OPINIÓN

FACEBOOK