Leo con asombro el artículo firmado por José A. Cano, supongo que profesional del periodismo, en el Diario “El Mundo” del día 21/01/2014, titulado “Los Judíos regresan a Granada” en cuyo contenido se puede leer:
a) La apertura de dos museos especializados aumenta el atractivo para el turismo hebreo
b) Se ponen en marcha los primeros viajes especializados para grupos de judíos
c) Granada fue cuna de grandes intelectuales y en ella se firmó la expulsión de 1492. No cabe duda de que al leer esos epígrafes se puede llegar a pensar que realmente el turismo de Granada se está especializando en lo que fue, históricamente, el resplandor del Judaísmo en la cultura de la Comunidad Autónoma Andaluza que, por causas que algún día serán motivo de estudio, prefirió basar su esplendoroso pasado en otras épocas.
Pero, desgraciadamente, el primer párrafo del artículo ya me deja atónito y supongo que no sólo a mi, que profeso la religión judía, sino a cualquier compatriota que tenga una cultura media, entre los cuales, no debe encontrarse el citado Sr. José A. Cano.
En las sinagogas no se utiliza la llamada a la oración, ni con el “shofar“ ni de ninguna otra forma y, a poco que hubiera consultado, le habrían informado sobre el citado “shofar”, que no es más que un instrumento litúrgico y que está, precisamente, prohibido hacer sonar en “shabat “(sábado), salvo contadas excepciones.
La confusión cultural del escritor, influenciado mentalmente por ese querer vivir de “las aguas de la invasión musulmana”, hace una panegírico entre la llamada a la oración que hacen en la mezquitas con algo inexistente en el judaísmo.
Destaca el escritor que esos museos se encuentran fuera de la “Red de Juderías”, y a buen seguro que su artículo no contribuirá a su adhesión a la misma. Su aportación, de haber acudido a dicha Red o a cualquier Comunidad Judía Española para asesorarse, habría sido incluso fructífera y no le hubiera llevado a redactar y publicar algo que refleja tanta incultura y falta de información.
Esta desinformación exhibida alejará a las empresas que quieren desarrollar ese “especializado“sector turístico mencionado por el autor y a los potenciales visitantes de esa nueva ruta turística de Granada, quienes elegirán cualquier otra ciudad española, donde la historia, la cultura y el turismo vayan de la mano.
En las sinagogas no se utiliza la llamada a la oración, ni con el “shofar“ ni de ninguna otra forma y, a poco que hubiera consultado, le habrían informado sobre el citado “shofar”, que no es más que un instrumento litúrgico y que está, precisamente, prohibido hacer sonar en “shabat “(sábado), salvo contadas excepciones.
La confusión cultural del escritor, influenciado mentalmente por ese querer vivir de “las aguas de la invasión musulmana”, hace una panegírico entre la llamada a la oración que hacen en la mezquitas con algo inexistente en el judaísmo.
Destaca el escritor que esos museos se encuentran fuera de la “Red de Juderías”, y a buen seguro que su artículo no contribuirá a su adhesión a la misma. Su aportación, de haber acudido a dicha Red o a cualquier Comunidad Judía Española para asesorarse, habría sido incluso fructífera y no le hubiera llevado a redactar y publicar algo que refleja tanta incultura y falta de información.
Esta desinformación exhibida alejará a las empresas que quieren desarrollar ese “especializado“sector turístico mencionado por el autor y a los potenciales visitantes de esa nueva ruta turística de Granada, quienes elegirán cualquier otra ciudad española, donde la historia, la cultura y el turismo vayan de la mano.